Luciana: Millones de peluches va a tener mi gordito -dijo riendo-.
Paula: ¡Que suerte que no le compre un peluche! Juro por dios que le estaba por comprar uno que me encanto.
Luciano: ¿Y Peter?
Paula: Tenía que trabajar, pero sí me dijo que iba a andar. No tuvo tiempo de llegar.
Luciana: ¿Por?
Paula: Tardamos por la eco que me hice y aparte me prometió que me iba a llevar a desayunar, así que lo obligue. Estaba muerta de hambre.
Luciana: Es horrible. Yo lo obligue también a Lucky que me lleve... -él revoleo los ojos-
Luciano: Gordas.
Paula: Ey... -dije riéndome- lo quiero cagar.
Luciano -se acerco hacía sí y me lo entrego con cuidado-: ¡Ya se va a despertar enseguida! -La miro a Lu-
Paula: ¡Que hermoso que sos! -Dije pasando mi dedo por su nariz- ¡Suavecito! -Dije sonriendo y la mire a mi amiga-
Luciana: Yo hice lo mismo que vos. -Dije riendo- ¡Es hermoso mi bebé!
Paula: Tiene tu nariz Lucky.
Luciana: Lo mismo le dije yo.
Paula: No hay duda que tiene tus ojos Lu.
Luciano: Yo no noto aún a quien se parece.
Ya eran las doce del mediodía y era hora de irme, me despedí de mis amigos diciendo que dentro de un rato volvía pero con Pedro.
Luciana: ¡Cuídate! -Dijo sonriendo-
Ya sabía porque y por quien lo decía, yo asentí.
Saliendo del sanatorio decidí dar una vuelta por el centro. Ya que no tenía nada que hacer, Pedro me había mandado un mensaje diciendo que iba a llevar conmigo. Y él salía a las 13hs, así que tenía tiempo de dar unas vueltas....
-Comunicación Telefónica-
Paula: ¿Hola?
-¿Paula?
Paula: Sí, ¿quién habla?
-Tú mamá.
Paula: ¿Ma?
Alejandra: Sí. ¿No aparece mi numero?
Paula: No, apareces como numero privado.
Alejandra: Ay, no sé que toque... -dijo riendo- ¿cómo estas hija?
Paula -reí-: Bien mamá, acá por tomar un taxi, ¿y por ahí?
Alejandra: ¿A donde andas? Aquí todo bien, salvo tu hermana que parece que esta por agarrar una angina.
Paula: Es algo normal, siempre agarra una enfermedad.
Alejandra: Sí, mañana va al médico como sea, no quiere ir.
Paula: Típico.
Alejandra: ¿Y mi nieto? ¿Cómo esta?
Paula: Bien, hoy me hice una eco y esta todo bien.
Alejandra: ¿Se dejo ver?
Paula: No... -dije algo bajoneada- dentro de una semana me dijeron ahora.
Alejandra: Ah, se esconde, se esconde. -Reí- ¿Y Pedro, esta con vos?
Paula: No, esta trabajando. Lo llamaron, al parecer era algo urgente. Supuesta mente tenía la mañana libre... -dije algo molesta-
Alejandra: Bueno, hija. Tenes que entender... es trabajo.
Paula: Sí, pero no respetan los días libres.
Alejandra -rió-: Te dejo hija, ya llego tu papá y no hice la comida aún.
Paula: Hoy ando por ahí, justo yo te iba a llamar. Mandale saludos a todos, a la tarde ando.
Alejandra: Buenísimo, te esperamos.
Paula: Compren medialunas -ella rió-. Ey, tu nieto necesita alimentarse.
Alejandra: Mjm, claro. -Dijo riendo-
Paula -reí-: Chau mami. Te amo.
Alejandra: Un besito, nos vemos. Te amo.
-Fin de la comunicación-
Al fin logre que me parara un taxi, después de estar veinte minutos esperando en medio del sol.
Tarde máximo unos diez minutos en llegar a casa. Cuando baje Agustina estaba cerrando la puerta del edificio.
¡¿Se mudo al mismo departamento?!
Agustina: ¡Paulita!
La mire y solo abrí la puerta. Ella rió y de inmediato cerré y la verdad subir las escaleras me daba pereza y me intrigaba saber que andaba haciendo Agustina aquí. No quisiera imaginarme que vino a buscar a Pedro.
Paula -entrando a casa-: ¿Pedro?
Pedro: ¡Sí, estoy en la cocina!
Camine hacía sí, y él estaba poniendo la mesa.
Paula: Gordo, ¿qué hacía Agustina saliendo del edificio?
Pedro: ¿Del edificio? -Dijo confundido-
Paula: Sí, pensé que vino aquí a buscarte pero por lo visto no.
Pedro -negó con la cabeza-: No, aquí no anduvo nadie.
Paula: Ah...
Algo confundida. ¿Tendrá algún amigo o familiar que viva acá? ¿Se mudo? No voy a dudar en las palabras de Pedro. Acá no anduvo.
Pedro: Que feo que yo vuelva del trabajo y mi mujer ni un beso me de, encima que viene de...
Paula -reí-: Del centro...
Me acerqué a él rodeando mis brazos por su cuello y deposite un beso.
Pedro: ¡Hola bebé hermosa! -dijo acariciando mi panza-
Paula -sonreí-: Hermoso será.
Pedro: Será mujercita, Paula.
Paula -revolee los ojos-: Fue, ¿qué hay para comer?
Pedro: Canelones.
Paula: Por lo visto pusiste la mesa, así que voy al baño y vuelvo. -Le di un pico-
Pedro: Apura que esto ya va estar.
Paula: Voy, voy.
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jueves, 9 de enero de 2014
lunes, 6 de enero de 2014
51 Capitulo
Paula: ¡No te olvides que a las 9:00 tenemos el turno!
Pedro: Sí, lo sé. -Dijo cerrando sus ojos-
Paula: No tengo sueño... -dije sonriendo mientras acariciaba mi panza- muero de la intriga por saber que será...
Pedro: ¡Nena! -Dijo acariciando mi cabello y sonriendo-
Paula: ¿Vos dices? -Él asintió- yo quisiera que fuese varón.
Pedro: Lo lamento... pero será nena.
Paula -sonreí-: Solo espero que todo salga bien.
Pedro: ¿Tenes miedo?
Paula: ¿De qué? -Y automáticamente se me vino a la cabeza Agustina-
Pedro: Cuando llegué la hora... digo... el parto... -dijo mirándome fijamente-
Paula: Ah eso... un poco sí.
Él acaricio mi panza y se acomodo bien para cerrar sus ojos.
Pedro: Me duermo...
Paula: Dormite. -Dije riendo-
Él sonriendo, y de un momento a otro no sentí su mano acariciar mi panza. Señal de que se durmió.
Pedro: ¿Gorda? -Escuche su voz tan dulce-. Despertate gordita dormilona, son las ocho y a las nueve tenemos que estar allá.
Paula: Sí, ya me levanto... -dije susurrando-
Pedro: Ponele que te escuche... -dijo riendo- ¡Dale, el desayuno ya va a estar!
Paula: ¡Muero de hambre! -Dije abriendo los ojos-
Pedro: Lamento decirte que vos tenes que comer unas galletas de agua y tomarás agua.
Paula: ¿Pero, después me llevas a desayunar?
Pedro -rió-: Sí mi amor, pero dale...
Paula: ¡Ayúdame! -Dije estirando mi mano-
Pedro: De vaga que estas...
Paula: ¡Estoy embarazada Pedro!
Pedro: Ey, tampoco tenes la panza que tenía Lu. -Dijo agarrando mi mano y riéndose a la vez-
Reí y me ayudo a sentarme.
Paula: Vos vete yendo que yo voy a entrar al baño.
Pedro: Supongo que no te vas a bañar ahora...
Paula: No, para nada... cuando vuelva -dije riéndome, y me pare-. ¿Iremos al sanatorio?
Pedro: Sí, le dijimos que íbamos a ir, quiero verlo al gordito...
Paula: Ah tu hermana y tu amigo quedaron atrás... -dije riendo-
Pedro: No, pero quiero verlo más a él. -Rió-
Paula: ¿Pediste el día?
Pedro: A la siesta tengo que ir.
Paula: ¿Me quedó sola? -Dije haciendo puchero-
Pedro: Si... me voy a fijar el agua que puse. -Beso mi mejilla- ¡Apura!
Entre al baño y me higienice. Luego volví al cuarto y me cambie, bah, me puse a buscar. "Paula", escuche que Pedro me grito dos veces.
Paula: ¡Ya voy, no sé que ponerme!
Dije cuando abrí el ropero y saque un jeans y una remera suelta.
Pedro: ¡Cualquier cosa!
Paula: Ya encontré.
Parecíamos dos locos gritándose.
Paula: Hoy iré a visitar a mi mamá... -dije mientras me sentaba-.
Pedro: Mis viejos deben estar en el sanatorio baboseándose ahora...
Paula -reí-: ¿Celoso?
Pedro: No tonta.
Paula: Mm... sí vos dices -mordí una galleta-. Es un embole comer así.
Pedro: Te van a hacer la eco Pau.
Paula: Ojala podamos saber el sexo.
Pedro: Te dijeron dentro de dos semanas... -tomo un sorbo de su café con leche-
Paula: Que se yo, capaz se adelanta. -Dije sonriendo-
Pedro: Amor, tenemos que mudarnos antes de que nazca.
Paula: ¿Vos dices?
Pedro: Sí.
Paula: No sé amor.
Pedro: ¿No te gusto verdad?
Paula: ¿Qué cosa?
Pedro: La casa... -dijo algo triste- yo sabía que no te iba a gustar.
Paula: ¿Qué decís? -Me levante de la silla y me senté de inmediato en sus piernas- ¡Me encanta la casa! ¡Es hermosa! -Me miro dudoso- No me mires así. Sabes que sí me gusto y mucho, me encanta. Pero de mudarnos antes que nazca... ¡una pregunta!
Pedro: Sí. -Dijo apartando el mechón que caía en mi rostro-
Paula: ¿Solo nuestros amigos y familiares saben la dirección verdad?
De un momento u otro recordé que las palabras de aquella señorita que detestaba completamente. No podía dejar de pensar en aquel comentario de Agustina.
A veces no podía disfrutar el embarazo por miedo a que Agustina le haga algo a mi bebé o a Pedro.
Pedro: Sí, solo ellos. ¿Por qué esa pregunta?
Paula: Solo pregunto -sonreí y tome un sorbo de agua-.
Pedro: Desde el día que fueron a almorzar con las otras dos estás como nerviosa, con miedo, no sé... te noto así.
Paula -me pare con el vaso con agua y negué con la cabeza-: Nada que ver... ¡vamos que se hace tarde!
Deje el vaso en la mesa y fui en busca de mi bolso. Guarde las cosas que iba a necesitar, me puse un poco de base ya que parecía una muerta con mi cara de recién levantada.
Por un momento creí que no se iba a dar cuenta de mi miedo, pero me olvide que me conoce bastante bien. ¡Ay dios! ¿Estará bien que no le diga nada? No, claro que no esta bien. ¿Qué hago? Se enojará si no le cuento nada, y sí le cuento también.
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Volví... ♥
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Pedro: Sí, lo sé. -Dijo cerrando sus ojos-
Paula: No tengo sueño... -dije sonriendo mientras acariciaba mi panza- muero de la intriga por saber que será...
Pedro: ¡Nena! -Dijo acariciando mi cabello y sonriendo-
Paula: ¿Vos dices? -Él asintió- yo quisiera que fuese varón.
Pedro: Lo lamento... pero será nena.
Paula -sonreí-: Solo espero que todo salga bien.
Pedro: ¿Tenes miedo?
Paula: ¿De qué? -Y automáticamente se me vino a la cabeza Agustina-
Pedro: Cuando llegué la hora... digo... el parto... -dijo mirándome fijamente-
Paula: Ah eso... un poco sí.
Él acaricio mi panza y se acomodo bien para cerrar sus ojos.
Pedro: Me duermo...
Paula: Dormite. -Dije riendo-
Él sonriendo, y de un momento a otro no sentí su mano acariciar mi panza. Señal de que se durmió.
Pedro: ¿Gorda? -Escuche su voz tan dulce-. Despertate gordita dormilona, son las ocho y a las nueve tenemos que estar allá.
Paula: Sí, ya me levanto... -dije susurrando-
Pedro: Ponele que te escuche... -dijo riendo- ¡Dale, el desayuno ya va a estar!
Paula: ¡Muero de hambre! -Dije abriendo los ojos-
Pedro: Lamento decirte que vos tenes que comer unas galletas de agua y tomarás agua.
Paula: ¿Pero, después me llevas a desayunar?
Pedro -rió-: Sí mi amor, pero dale...
Paula: ¡Ayúdame! -Dije estirando mi mano-
Pedro: De vaga que estas...
Paula: ¡Estoy embarazada Pedro!
Pedro: Ey, tampoco tenes la panza que tenía Lu. -Dijo agarrando mi mano y riéndose a la vez-
Reí y me ayudo a sentarme.
Paula: Vos vete yendo que yo voy a entrar al baño.
Pedro: Supongo que no te vas a bañar ahora...
Paula: No, para nada... cuando vuelva -dije riéndome, y me pare-. ¿Iremos al sanatorio?
Pedro: Sí, le dijimos que íbamos a ir, quiero verlo al gordito...
Paula: Ah tu hermana y tu amigo quedaron atrás... -dije riendo-
Pedro: No, pero quiero verlo más a él. -Rió-
Paula: ¿Pediste el día?
Pedro: A la siesta tengo que ir.
Paula: ¿Me quedó sola? -Dije haciendo puchero-
Pedro: Si... me voy a fijar el agua que puse. -Beso mi mejilla- ¡Apura!
Entre al baño y me higienice. Luego volví al cuarto y me cambie, bah, me puse a buscar. "Paula", escuche que Pedro me grito dos veces.
Paula: ¡Ya voy, no sé que ponerme!
Dije cuando abrí el ropero y saque un jeans y una remera suelta.
Pedro: ¡Cualquier cosa!
Paula: Ya encontré.
Parecíamos dos locos gritándose.
Paula: Hoy iré a visitar a mi mamá... -dije mientras me sentaba-.
Pedro: Mis viejos deben estar en el sanatorio baboseándose ahora...
Paula -reí-: ¿Celoso?
Pedro: No tonta.
Paula: Mm... sí vos dices -mordí una galleta-. Es un embole comer así.
Pedro: Te van a hacer la eco Pau.
Paula: Ojala podamos saber el sexo.
Pedro: Te dijeron dentro de dos semanas... -tomo un sorbo de su café con leche-
Paula: Que se yo, capaz se adelanta. -Dije sonriendo-
Pedro: Amor, tenemos que mudarnos antes de que nazca.
Paula: ¿Vos dices?
Pedro: Sí.
Paula: No sé amor.
Pedro: ¿No te gusto verdad?
Paula: ¿Qué cosa?
Pedro: La casa... -dijo algo triste- yo sabía que no te iba a gustar.
Paula: ¿Qué decís? -Me levante de la silla y me senté de inmediato en sus piernas- ¡Me encanta la casa! ¡Es hermosa! -Me miro dudoso- No me mires así. Sabes que sí me gusto y mucho, me encanta. Pero de mudarnos antes que nazca... ¡una pregunta!
Pedro: Sí. -Dijo apartando el mechón que caía en mi rostro-
Paula: ¿Solo nuestros amigos y familiares saben la dirección verdad?
De un momento u otro recordé que las palabras de aquella señorita que detestaba completamente. No podía dejar de pensar en aquel comentario de Agustina.
A veces no podía disfrutar el embarazo por miedo a que Agustina le haga algo a mi bebé o a Pedro.
Pedro: Sí, solo ellos. ¿Por qué esa pregunta?
Paula: Solo pregunto -sonreí y tome un sorbo de agua-.
Pedro: Desde el día que fueron a almorzar con las otras dos estás como nerviosa, con miedo, no sé... te noto así.
Paula -me pare con el vaso con agua y negué con la cabeza-: Nada que ver... ¡vamos que se hace tarde!
Deje el vaso en la mesa y fui en busca de mi bolso. Guarde las cosas que iba a necesitar, me puse un poco de base ya que parecía una muerta con mi cara de recién levantada.
Por un momento creí que no se iba a dar cuenta de mi miedo, pero me olvide que me conoce bastante bien. ¡Ay dios! ¿Estará bien que no le diga nada? No, claro que no esta bien. ¿Qué hago? Se enojará si no le cuento nada, y sí le cuento también.
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