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miércoles, 31 de diciembre de 2014

55 Capitulo

-Cuenta Pedro-
Hernan: Pero tenes una suerte vos... -dijo cagándose de risa-
Pedro: ¡Cállate! -Dije mirando hacia donde estaban las chicas-
Luciano: Dudo que escuchen, babosas con mi hijo están.
Pedro -hice un trago a la cerveza que estaba tomando-: Le tuve que mentir a Paula, le tuve que decir que fue un problema familiar.
Luciano: Es problema de ella, no hace falta que vos vayas.
Hernan: Claro, encima de mentirle a Pau no creo que te convenga mucho... vos sabes como es esto Pepe, ella misma puede ir a decirle que te busco para que le acompañes a un medico, ella cree encima que esta enferma.
Pedro: Tampoco tengo pensado acompañarla.
Luciano: ¿Pensas que te chamuyo con ese cuento?
Pedro: Y si, después de todo lo que paso... -sacudí mi cabeza- esa mina esta loca.
Hernan: Loca y obsesionada... -dijo riendo- como te siguen las minas, encima que esta medio, medio.
Luciano -se cago de risa-: Seguís siendo el ganador.
Pedo: Le edad a mi no me afecto, aparte estoy muy bien... no estoy con que me duele la rodilla, la espalda, la cintura. 
Luciano: Palo para el boludo de las excusas.
Hernan: El domingo, les parece?
"El domingo, ¿que?" se escucho. Eran Zaira y Luciana.
Luciana: ¿Que piensan hacer el domingo ustedes?
Pedro: Una fiestita para mi cuñado.
Luciana -se rió sarcásticamente-: Voy a prohibirte estas amistades amor... -dijo sentándose alado de Luciano-
Zaira: Pedro te mato si lo sigues llevando por mal camino.
Hernan -abrazando a Zaira-: Ves que son ellos amorcito.
Zaira -le dio un pico-: Ya se amor.
Luciano/Pedro: Pollerudo.
Luciana: Ustedes también lo son.
Pedro: Pero este nos gana, o no Lucho? -asintió cagándose de risa- ¿Y Pau?
Zaira: Por un momento creí que era yo la tía mas babosa -rió- esta con Fede.
Sonreí y me fui al cuarto de Luciana.
Estaba la puerta abierta, vi que ella estaba sentada y Fede estaba en su coche... note que el se reía; Paula le estaba hablando y haciendo caras raras, era una imagen tan tierna. Me imagine a ella con nuestra pequeña, cada vez que me imaginaba algo con ellas dos, me ponía mas ansioso. No veo la hora de su llegada a este mundo, de acariciarla, darle besos, hacerla reír. Pero los meses se hacían eternos...
Pedro: Que hermosa que sos... -ella se dio vuelta y me sonrió-
Paula: Llego el padrino -me miro y sonrió- el mas caño, claro.
Pedro -bese su mejilla-: Te amo.
Paula -me miro-: Yo también, y siempre lo haré.
Acaricie su mejilla y bese sus labios.
 Bajamos junto con Federico, esta vez yo fui quien alzando llegamos al comedor, a donde estaban todos. Luciana lo alzo y aproveche para sentarme.
Paula: No veo la hora de comer por dios... -dijo riendo-
Zaira: Se esta terminando de calentar la salsa, ya sale Pau -dijo riendo-
Paula: ¿Compraste el postre?
Hernan: Tu favorito encima.
Zaira: Mira nena, no te daré postre si no me contas el sexo... desde que llegaste te hiciste la boluda.
Paula: ¡Es mujer! -dijo sonriendo-
Zaira: ¡Ay! -dijo emocionada abrazo a Paula-
En ese momento sonó mi celular y para no interrumpir ese momento me fui al patio. Era una llamada, y si, me lo esperaba. Agustina.

-Comunicación Telefónica-

Agustina: ¿Peter?
Pedro: Si.
Agustina: Perdón si te traje problemas con la charla de hoy...
Pedro: Es mejor aclarar las cosas.
Agustina: ¿Estas queriendo decir que no me vas a acompañar verdad?
Pedro: Si.
Agustina: Entiendo, fui una tonta al pensar que ibas a estar conmigo en este momento... pensé por lo menos ser una amiga.
Pedro: Sabes que no es buena idea esa.
Agustina: ¿No?
-Suspire-
Agustina: Me olvide que tenes una novia complicada y que te eliges las amistades.

Rió y automáticamente corte. Apenas corte me llego un mensaje, era de ella: "Era un chiste".

-¿Pasa algo?
Pedro: ¡Agustina!
-¿Otra vez esa mina? ¿Que hiciste?
Pedro: Nada Luciana.
Luciana: Pero por algo sigue rompiendo... -dijo molesta-
Pedro: Si lo supiera...
Luciana: Si lo sabes, sabes perfectamente que todavía te busca. -Revolee los ojos- no hagas así, sabes que es eso.
Pedro: Invento, bah, capaz sea verdad... -encogí mis hombros- quiere que la acompañe al medico, ella cree que esta enferma.
Luciana: Al psiquiatra tiene que ir esa, ¿enferma de que? Es mas sana.
Pedro: Lo mismo digo yo.
Luciana: ¿Del psiquiatra?
Pedro -reí-: Lo de sana.
Luciana: Te quiere hacer pisar el palito hermano... -dijo sonriendo-
Pedro: ¿Por que la sonrisa?
Luciana: Que se yo, se me vino una idea a la cabeza...
Pedro: Ya estas grande para travesuras Luciana. -Dije riendo-
Luciana: ¡Tenes razón! -dijo abrazándome- Pero no quiero que los moleste mas esa minita.
Dijo algo molesta, yo solo la mire y encogí mis hombres y luego la abrace para ir hacia donde están los demás.
Luciano: ¿Pasa algo?
Luciana -beso la mejilla de su novio-: Nada amor, me estaba poniendo al día.
Paula la miro, y luego sentí su mirada en mi. Yo solo sonreí y me senté a su lado.
Paula: ¡Tengo hambre!
En eso apareció Zaira con la comida, Paula aplaudió y nos comenzamos a reír. Parecía una nena de ocho años aplaudiendo como loca.
Zaira: Tremenda infantil sos todavía nena.

54 Capitulo

Pedro: Te dije que iba a ser mujer. -Dijo sonriente-
Paula -me reí-: Lo importante es que sea sanita.
Me sonrió con su sonrisa mas compradora y me dio la mano, mientras que seguíamos caminando y hablando sobre su cuarto.
Paula: ¡PEDRO! -dije casi gritando-
Pedro -rió-: Estamos en pleno centro gorda, no grites.
Paula -mire a mi alrededor y si, había gente mirando-: No importa, como no me consultaste.
Pedro: Es que me ibas a decir lo mismo de siempre.
Paula: ¿Pero como estabas tan seguro?
Pedro: ¿Estoy conectado con ella. -Rió-
Paula: ¿Y si era varón? ¿Que ibas a hacer?
Pedro: Y bueno le iba a pedir que cambien la pintura.
Paula: La verdad es que te pasaste.
Pedro: Sabia que iba a ser mujer por eso compre la pintura color rosa pero clarito, eh?
Paula: ¿Clarito? Espero que sea linda...
Pedro -rió-: Te va a encantar.
Paula: Eso espero... -mire hacia mi costado- ¡quiero!
Pedro: Son las 10 de la mañana y queres comer, ¿tacos?
Paula: Bueno, me tentó la imagen Pedro. -Dije entrando a la rotiseria-
Pedro: Vamos a pedir para llevar, no creas que vas a comer ahora.
Paula: ¡Esta bien! -Dije con mala cara- Llamo a Zai para avisarle que llevamos comida nosotros, que se encargue ella del postre.
Pedro: ¿Ya pensas en el postre?
Reí y me acerque a su oído.
Paula: ¡Estoy embarazada! ¡Tengo antojos! -le susurre-

-Comunicación telefónica-
Paula: ¡Amiga!
Zaira: ¿Mujer o varón?
Paula: Llevamos nosotros el almuerzo
Zaira: Mala. ¡Antojo! -rió- ¡Chicos, Paula ya comienza con sus antojos!
Paula -se escucharon risas-: Ojala nunca te suceda de tener esos antojos raros -dije riendo-, y por picara quiero que vos compres el postre.
Zaira: Pero si me decís el sexo, ya.
Paula: No, compra el postre... -dije riendo- te dejo porque mi marido me necesita.
Zaira: Todavía no se casaron.
Paula -reí-: Por ahora...
Zaira -rió-: ¡Testigo!
Paula: Ya vamos -dije riendo-.

Me di vuelta riéndome, y que imagen tan perturbadora para mis ojos. Agustina hablando con Pedro. Mi sonrisa se fue, automáticamente camine hacia donde Pedro estaba.
Agustina: Yo le dije lo mismo Pepe... -me miro- ¡Hola Pau!
¿Pepe? ¿Pau? ¿Simpática? PATÉTICA.
Paula -una sonrisa falsa y lo mire a Pedro-: ¿Ya pagaste?
Pedro asintió y me dio una bolsa.
Agustina: Después te hab
lo para ver si podes o no, ya no se que hacer.
Se la veía preocupada, pero no, no confió. Puede que este mintiendo en lo que le halla contado a Pedro.
Pedro: Dale. -Seco-
Lo mire sin entender en lo ella había dicho y lo que el había respondido.
Ella se fue, la mire como se iba a una mesa. Estaba con su mama.
Pedro: Antes que digas algo, tiene un problema familiar.
Paula: No iba a decir nada.
Pedro: ¡Te conozco! -Dijo sonriendo-
Había veces que su sonrisa me molestaba, pero la sonrisa era la de triunfador.
En ningún momento se me ocurrió preguntarle, bueno en realidad si, pero creo que no hacia falta. Con solo mirarlo se dio cuenta que moría por saber que le había comentado.
 Opte por no decir nada y el no dijo nada. El camino hacia el estacionamiento, mínimo tres cuadras cortas, fue un silencio. Un silencio incomodo.
Cuando subimos al auto, puse música, lo mejor para el silencio es la música, y mas si es un silencio tan incomodo.
Mientras el manejaba y cantaba yo lo miraba de reojo...
Pedro: ...y me empiezo a preguntar, si la respuesta te valdrá...
          Culpable de decir ya basta cuando me desgasta con cada por que...
          Culpable de quererte tanto que me equivoque...
¿Hacia falta el canto? Sabia perfectamente que prácticamente me vuelvo loca cuando canta.
Paula: ¡Te odio! -susurre-
Pedro -me miro y se rio-: Yo te amo.

martes, 30 de diciembre de 2014

53 Capitulo

-Dos meses después-
Ya habían pasado dos meses, mi panza había crecido un poco más, se notaba y ya se movía. Ya llevaba cinco meses.
Todo marchaba perfecto, tanto como el embarazo y nuestra relación con Pedro. Hacía ya una semana nos instalamos en NUESTRA casa. Así es, en NUEVA Y NUESTRA casa.
 Pedro: Bueno -sentándose en el sofá- por fin terminamos de ordenar todo.
Paula: ¿Terminamos? -Dije mirándolo con cara de pocos amigos-. Lo hice todo yo, Pedro.
Pedro -rió-: No exageres, lo hicimos los dos.
Paula: Bueno, ponele. -Me fije la hora, eran las once y media de la noche-. ¿Pedimos algo?
Pedro: Sí, unas pizzas, ¿dale?
Paula: Por favor, muero de hambre -me senté a su lado y le di el teléfono-, llama tú.
Pedro: ¡Como siempre!
Paula -le di un beso-: Sí, ahora me voy a bañar. ¡¡Necesito una ducha!!
 Entre al cuarto a buscar el pijama que me iba a poner, en eso comenzó a sonar un celular. Me fije si era el mio y no, me fui a la mesita de luz de Pedro, y sí, era su celular. Un mensaje de en el whatsapp.
Paula: ¿Lo agarro o no? -Estiré mi mano- ¡No, Paula, no! -Di media vuelta- ¡Ay! Solo voy a ver quien -agarre el celular- se lo mando, ¿no?
Número desconocido, por lo menos yo no lo conocía. No lo tenía agendado. 
Mejor lo dejo y le aviso, no quiero ser de esas novias celosas y perseguidas. Esa etapa ya paso y no fue tan buena que digamos. ¡Fue!
   Deje su celular a donde estaba y antes de entrar al baño y le pegue un grito avisándole.


Paula: ¡Me voy a casar con el pizzero! -Dije riéndome-
Pedro: Ja, que chistosa.
Paula -le saque la lengua-: Son riquísimas.
Pedro: La verdad que si, pero no es necesario casarte con el pizzero.
Paula -reí-: ¿Como que no?
Pedro: No, no es necesario. -Di un mordisco- Pau... tengo que contarte algo...
Paula: ¿Sobre?
Pedro: Sobre lo que hablamos ayer...
Paula: ¿De la cuna? 
Pedro: No, no, de eso no. De Agustina...
Paula -deje la porción de pizza-: Ella era la del mensaje, ¿no?
Pedro asintió.
Paula: ¿Nunca nos va a dejar en paz?
Pedro: No sé amor, pero quiero hablar...
Paula: ¿Para?
Pedro: Para saber que quiere, capaz ya deje de molestar.
Negué con mi cabeza.
No me parecía algo bueno. Hable o no, para mi seguirá molestando.
Pedro: Pensalo amor... -me levante- ¿ya no vas a comer?
Paula: No, ya me quito el apetito. Y ya te dije lo que pienso... para mi no es buena idea. -Dije yéndome al cuarto-
Me senté en la cama, me comencé a desvestir y ponerme el pijama.
Me sentía molesta, no con Pedro, sino con ella. ¿Cuando sera el día que no moleste mas?
Pedro: No quiero estar mal con vos Pau.
Paula -acostándome-: No me molesto, ni nada con vos. El tema es ella, pepe... -suspire- ¿como es posible que aun siga con sus estupideces?
Pedro encogió sus hombros, y rió.
Paula: ¿Por que te ríes? -lo mire confusa-
Pedro: ¿Cuando maduraste tanto amor? -dijo riendo-
Paula -le tire un almohadón-: Tarado! -me reí-
Pedro: ¿En serio no queres comer mas?
Paula: No. -Sonreí-
Pedro: Bueno, yo si. -Se acerco hacia a mi- Te amo, ¿sabias?
Paula: ¿Mucho o poco?
Pedro: Poco.
Lo pegue y el rio.
Pedro: Mucho, las amo...
Paula -sonreí-: Los, pepe, los... va ser varón.
Pedro: Mm... no. Sera mujer.
Paula: Varon.
Pedro: Mujer.
Rei y le di un pico. Se fue del cuarto gritando que iba a ser mujer....

jueves, 9 de enero de 2014

52 Capítulo

Luciana: Millones de peluches va a tener mi gordito -dijo riendo-.
Paula: ¡Que suerte que no le compre un peluche! Juro por dios que le estaba por comprar uno que me encanto.
Luciano: ¿Y Peter?
Paula: Tenía que trabajar, pero sí me dijo que iba a andar. No tuvo tiempo de llegar.
Luciana: ¿Por?
Paula: Tardamos por la eco que me hice y aparte me prometió que me iba a llevar a desayunar, así que lo obligue. Estaba muerta de hambre.
Luciana: Es horrible. Yo lo obligue también a Lucky que me lleve... -él revoleo los ojos-
Luciano: Gordas.
Paula: Ey... -dije riéndome- lo quiero cagar.
Luciano -se acerco hacía sí y me lo entrego con cuidado-: ¡Ya se va a despertar enseguida! -La miro a Lu-
Paula: ¡Que hermoso que sos! -Dije pasando mi dedo por su nariz- ¡Suavecito! -Dije sonriendo y la mire a mi amiga-
Luciana: Yo hice lo mismo que vos. -Dije riendo- ¡Es hermoso mi bebé!
Paula: Tiene tu nariz Lucky.
Luciana: Lo mismo le dije yo.
Paula: No hay duda que tiene tus ojos Lu.
Luciano: Yo no noto aún a quien se parece.
   Ya eran las doce del mediodía y era hora de irme, me despedí de mis amigos diciendo que dentro de un rato volvía pero con Pedro.
Luciana: ¡Cuídate! -Dijo sonriendo-
Ya sabía porque y por quien lo decía, yo asentí.
Saliendo del sanatorio decidí dar una vuelta por el centro. Ya que no tenía nada que hacer, Pedro me había mandado un mensaje diciendo que iba a llevar conmigo. Y él salía a las 13hs, así que tenía tiempo de dar unas vueltas....

-Comunicación Telefónica-

Paula: ¿Hola?
-¿Paula?
Paula: Sí, ¿quién habla?
-Tú mamá.
Paula: ¿Ma?
Alejandra: Sí. ¿No aparece mi numero?
Paula: No, apareces como numero privado.
Alejandra: Ay, no sé que toque... -dijo riendo- ¿cómo estas hija?
Paula -reí-: Bien mamá, acá por tomar un taxi, ¿y por ahí?
Alejandra: ¿A donde andas? Aquí todo bien, salvo tu hermana que parece que esta por agarrar una angina.
Paula: Es algo normal, siempre agarra una enfermedad.
Alejandra: Sí, mañana va al médico como sea, no quiere ir.
Paula: Típico.
Alejandra: ¿Y mi nieto? ¿Cómo esta?
Paula: Bien, hoy me hice una eco y esta todo bien.
Alejandra: ¿Se dejo ver?
Paula: No... -dije algo bajoneada- dentro de una semana me dijeron ahora.
Alejandra: Ah, se esconde, se esconde. -Reí- ¿Y Pedro, esta con vos?
Paula: No, esta trabajando. Lo llamaron, al parecer era algo urgente. Supuesta mente tenía la mañana libre... -dije algo molesta-
Alejandra: Bueno, hija. Tenes que entender... es trabajo.
Paula: Sí, pero no respetan los días libres.
Alejandra -rió-: Te dejo hija, ya llego tu papá y no hice la comida aún.
Paula: Hoy ando por ahí, justo yo te iba a llamar. Mandale saludos a todos, a la tarde ando.
Alejandra: Buenísimo, te esperamos.
Paula: Compren medialunas -ella rió-. Ey, tu nieto necesita alimentarse.
Alejandra: Mjm, claro. -Dijo riendo-
Paula -reí-: Chau mami. Te amo.
Alejandra: Un besito, nos vemos. Te amo.
-Fin de la comunicación-

Al fin logre que me parara un taxi, después de estar veinte minutos esperando en medio del sol.

  Tarde máximo unos diez minutos en llegar a casa. Cuando baje Agustina estaba cerrando la puerta del edificio.
¡¿Se mudo al mismo departamento?!
Agustina: ¡Paulita!
La mire y solo abrí la puerta. Ella rió y de inmediato cerré y la verdad subir las escaleras me daba pereza y me intrigaba saber que andaba haciendo Agustina aquí. No quisiera imaginarme que vino a buscar a Pedro.
Paula -entrando a casa-: ¿Pedro?
Pedro: ¡Sí, estoy en la cocina!
Camine hacía sí, y él estaba poniendo la mesa.
Paula: Gordo, ¿qué hacía Agustina saliendo del edificio?
Pedro: ¿Del edificio? -Dijo confundido-
Paula: Sí, pensé que vino aquí a buscarte pero por lo visto no.
Pedro -negó con la cabeza-: No, aquí no anduvo nadie.
Paula: Ah...
Algo confundida. ¿Tendrá algún amigo o familiar que viva acá? ¿Se mudo? No voy a dudar en las palabras de Pedro. Acá no anduvo.
Pedro: Que feo que yo vuelva del trabajo y mi mujer ni un beso me de, encima que viene de...
Paula -reí-: Del centro...
Me acerqué a él rodeando mis brazos por su cuello y deposite un beso.
Pedro: ¡Hola bebé hermosa! -dijo acariciando mi panza-
Paula -sonreí-: Hermoso será.
Pedro: Será mujercita, Paula.
Paula -revolee los ojos-: Fue, ¿qué hay para comer?
Pedro: Canelones.
Paula: Por lo visto pusiste la mesa, así que voy al baño y vuelvo. -Le di un pico-
Pedro: Apura que esto ya va estar.
Paula: Voy, voy.
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lunes, 6 de enero de 2014

51 Capitulo

Paula: ¡No te olvides que a las 9:00 tenemos el turno!
Pedro: Sí, lo sé. -Dijo cerrando sus ojos-
Paula: No tengo sueño... -dije sonriendo mientras acariciaba mi panza- muero de la intriga por saber que será...
Pedro: ¡Nena! -Dijo acariciando mi cabello y sonriendo-
Paula: ¿Vos dices? -Él asintió- yo quisiera que fuese varón.
Pedro: Lo lamento... pero será nena.
Paula -sonreí-: Solo espero que todo salga bien.
Pedro: ¿Tenes miedo?
Paula: ¿De qué? -Y automáticamente se me vino a la cabeza Agustina-
Pedro: Cuando llegué la hora... digo... el parto... -dijo mirándome fijamente-
Paula: Ah eso... un poco sí.
Él acaricio mi panza y se acomodo bien para cerrar sus ojos.
Pedro: Me duermo...
Paula: Dormite. -Dije riendo-
Él sonriendo, y de un momento a otro no sentí su mano acariciar mi panza. Señal de que se durmió.

Pedro: ¿Gorda? -Escuche su voz tan dulce-. Despertate gordita dormilona, son las ocho y a las nueve tenemos que estar allá.

Paula: Sí, ya me levanto... -dije susurrando-
Pedro: Ponele que te escuche... -dijo riendo- ¡Dale, el desayuno ya va a estar!
Paula: ¡Muero de hambre! -Dije abriendo los ojos-
Pedro: Lamento decirte que vos tenes que comer unas galletas de agua y tomarás agua.
Paula: ¿Pero, después me llevas a desayunar?
Pedro -rió-: Sí mi amor, pero dale...
Paula: ¡Ayúdame! -Dije estirando mi mano-
Pedro: De vaga que estas...
Paula: ¡Estoy embarazada Pedro!
Pedro: Ey, tampoco tenes la panza que tenía Lu. -Dijo agarrando mi mano y riéndose a la vez-
Reí y me ayudo a sentarme.
Paula: Vos vete yendo que yo voy a entrar al baño.
Pedro: Supongo que no te vas a bañar ahora...
Paula: No, para nada... cuando vuelva -dije riéndome, y me pare-. ¿Iremos al sanatorio?
Pedro: Sí, le dijimos que íbamos a ir, quiero verlo al gordito...
Paula: Ah tu hermana y tu amigo quedaron atrás... -dije riendo-
Pedro: No, pero quiero verlo más a él. -Rió-
Paula: ¿Pediste el día?
Pedro: A la siesta tengo que ir.
Paula: ¿Me quedó sola? -Dije haciendo puchero-
Pedro: Si... me voy a fijar el agua que puse. -Beso mi mejilla- ¡Apura!
Entre al baño y me higienice. Luego volví al cuarto y me cambie, bah, me puse a buscar. "Paula", escuche que Pedro me grito dos veces.
Paula: ¡Ya voy, no sé que ponerme!
Dije cuando abrí el ropero y saque un jeans y una remera suelta.
Pedro: ¡Cualquier cosa!
Paula: Ya encontré.
Parecíamos dos locos gritándose.
Paula: Hoy iré a visitar a mi mamá... -dije mientras me sentaba-.
Pedro: Mis viejos deben estar en el sanatorio baboseándose ahora...
Paula -reí-: ¿Celoso?
Pedro: No tonta.
Paula: Mm... sí vos dices -mordí una galleta-. Es un embole comer así.
Pedro: Te van a hacer la eco Pau.
Paula: Ojala podamos saber el sexo.
Pedro: Te dijeron dentro de dos semanas... -tomo un sorbo de su café con leche-
Paula: Que se yo, capaz se adelanta. -Dije sonriendo-
Pedro: Amor, tenemos que mudarnos antes de que nazca.
Paula: ¿Vos dices?
Pedro: Sí.
Paula: No sé amor.
Pedro: ¿No te gusto verdad?
Paula: ¿Qué cosa?
Pedro: La casa... -dijo algo triste- yo sabía que no te iba a gustar.
Paula: ¿Qué decís? -Me levante de la silla y me senté de inmediato en sus piernas- ¡Me encanta la casa! ¡Es hermosa! -Me miro dudoso- No me mires así. Sabes que sí me gusto y mucho, me encanta. Pero de mudarnos antes que nazca... ¡una pregunta!
Pedro: Sí. -Dijo apartando el mechón que caía en mi rostro-
Paula: ¿Solo nuestros amigos y familiares saben la dirección verdad?
De un momento u otro recordé que las palabras de aquella señorita que detestaba completamente. No podía dejar de pensar en aquel comentario de Agustina.
A veces no podía disfrutar el embarazo por miedo a que Agustina le haga algo a mi bebé o a Pedro.
Pedro: Sí, solo ellos. ¿Por qué esa pregunta?
Paula: Solo pregunto -sonreí y tome un sorbo de agua-.
Pedro: Desde el día que fueron a almorzar con las otras dos estás como nerviosa, con miedo, no sé... te noto así.
Paula -me pare con el vaso con agua y negué con la cabeza-: Nada que ver... ¡vamos que se hace tarde!
Deje el vaso en la mesa y fui en busca de mi bolso. Guarde las cosas que iba a necesitar, me puse un poco de base ya que parecía una muerta con mi cara de recién levantada.
    Por un momento creí que no se iba a dar cuenta de mi miedo, pero me olvide que me conoce bastante bien. ¡Ay dios! ¿Estará bien que no le diga nada? No, claro que no esta bien. ¿Qué hago? Se enojará si no le cuento nada, y sí le cuento también.


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