Pedro: Te dije que iba a ser mujer. -Dijo sonriente-
Paula -me reí-: Lo importante es que sea sanita.
Me sonrió con su sonrisa mas compradora y me dio la mano, mientras que seguíamos caminando y hablando sobre su cuarto.
Paula: ¡PEDRO! -dije casi gritando-
Pedro -rió-: Estamos en pleno centro gorda, no grites.
Paula -mire a mi alrededor y si, había gente mirando-: No importa, como no me consultaste.
Pedro: Es que me ibas a decir lo mismo de siempre.
Paula: ¿Pero como estabas tan seguro?
Pedro: ¿Estoy conectado con ella. -Rió-
Paula: ¿Y si era varón? ¿Que ibas a hacer?
Pedro: Y bueno le iba a pedir que cambien la pintura.
Paula: La verdad es que te pasaste.
Pedro: Sabia que iba a ser mujer por eso compre la pintura color rosa pero clarito, eh?
Paula: ¿Clarito? Espero que sea linda...
Pedro -rió-: Te va a encantar.
Paula: Eso espero... -mire hacia mi costado- ¡quiero!
Pedro: Son las 10 de la mañana y queres comer, ¿tacos?
Paula: Bueno, me tentó la imagen Pedro. -Dije entrando a la rotiseria-
Pedro: Vamos a pedir para llevar, no creas que vas a comer ahora.
Paula: ¡Esta bien! -Dije con mala cara- Llamo a Zai para avisarle que llevamos comida nosotros, que se encargue ella del postre.
Pedro: ¿Ya pensas en el postre?
Reí y me acerque a su oído.
Paula: ¡Estoy embarazada! ¡Tengo antojos! -le susurre-
-Comunicación telefónica-
Paula: ¡Amiga!
Zaira: ¿Mujer o varón?
Paula: Llevamos nosotros el almuerzo
Zaira: Mala. ¡Antojo! -rió- ¡Chicos, Paula ya comienza con sus antojos!
Paula -se escucharon risas-: Ojala nunca te suceda de tener esos antojos raros -dije riendo-, y por picara quiero que vos compres el postre.
Zaira: Pero si me decís el sexo, ya.
Paula: No, compra el postre... -dije riendo- te dejo porque mi marido me necesita.
Zaira: Todavía no se casaron.
Paula -reí-: Por ahora...
Zaira -rió-: ¡Testigo!
Paula: Ya vamos -dije riendo-.
Me di vuelta riéndome, y que imagen tan perturbadora para mis ojos. Agustina hablando con Pedro. Mi sonrisa se fue, automáticamente camine hacia donde Pedro estaba.
Agustina: Yo le dije lo mismo Pepe... -me miro- ¡Hola Pau!
¿Pepe? ¿Pau? ¿Simpática? PATÉTICA.
Paula -una sonrisa falsa y lo mire a Pedro-: ¿Ya pagaste?
Pedro asintió y me dio una bolsa.
Agustina: Después te hab
lo para ver si podes o no, ya no se que hacer.
Se la veía preocupada, pero no, no confió. Puede que este mintiendo en lo que le halla contado a Pedro.
Pedro: Dale. -Seco-
Lo mire sin entender en lo ella había dicho y lo que el había respondido.
Ella se fue, la mire como se iba a una mesa. Estaba con su mama.
Pedro: Antes que digas algo, tiene un problema familiar.
Paula: No iba a decir nada.
Pedro: ¡Te conozco! -Dijo sonriendo-
Había veces que su sonrisa me molestaba, pero la sonrisa era la de triunfador.
En ningún momento se me ocurrió preguntarle, bueno en realidad si, pero creo que no hacia falta. Con solo mirarlo se dio cuenta que moría por saber que le había comentado.
Opte por no decir nada y el no dijo nada. El camino hacia el estacionamiento, mínimo tres cuadras cortas, fue un silencio. Un silencio incomodo.
Cuando subimos al auto, puse música, lo mejor para el silencio es la música, y mas si es un silencio tan incomodo.
Mientras el manejaba y cantaba yo lo miraba de reojo...
Pedro: ...y me empiezo a preguntar, si la respuesta te valdrá...
Culpable de decir ya basta cuando me desgasta con cada por que...
Culpable de quererte tanto que me equivoque...
¿Hacia falta el canto? Sabia perfectamente que prácticamente me vuelvo loca cuando canta.
Paula: ¡Te odio! -susurre-
Pedro -me miro y se rio-: Yo te amo.
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